domingo, 17 de febrero de 2013

¿Hemos matado a la Democracia? ¡¿Y ahora qué?!


Exposición de arte total “Los encargados”, Santiago Sierra y Jorge Galindo
Galería Helga de Alvear, C/ Dr. Fourquet 12
17 de enero a 2 de marzo, 2013
MANUEL GAMAZA CRESPO

Allá por agosto del pasado año, un desfile de siete coches mercedes invadía en la mañana la Gran Vía madrileña, realizando un cortejo fúnebre bajo el himno anarcosindicalista, en ascenso, de ‘A las barricadas’. Los flamantes mercedes, símbolos de pompa, portaban, cada uno y de forma cronológica, un enorme retrato de cada uno de los presidentes del gobierno español, precedidos por el del rey; lo más llamativo era que los retratos, oficiales, se encontraban dados la vuelta, boca abajo. Poseen tonalidades grisáceas, gesto serio, intimidador y labios cerrados, excepto Felipe González que muestra ligeramente los dientes, como si los artistas hubieran querido marcar un ápice diferencial en el cortejo. El desfile se recoge en una grabación que evoca la crítica social y política, reforzada por el ritmo revolucionario musical; lo acompañan siete grandes retratos, protagonistas de la performance, que adquieren valor por sí solos, y diez fotogramas de la realización del vídeo y del proyecto, en el piso alto.

Sierra se preocupa por lo político, social y las relaciones económicas de poder en el capitalismo, como su trabajo anterior, Palabra Quemada, donde la palabra ‘FUTURO’ arde hasta desaparecer, o el siguiente titulado El trabajo es la dictadura, evidentes gritos a la crisis actual; Galindo trata la pintura como protagonista enfrentándose a la sociedad de consumo urbana, infundiendo rabia, osadía, actitud, arrogancia y movimiento, como demuestra este proyecto. Los artistas juegan dando la vuelta a los retratos y proyectando la grabación a la inversa, como vista a través de un espejo, a la vez que dividen la pantalla en tres para que la acción quede recogida en varias posiciones; realizan una alusión al retrato político de corte estalinista y comunista, de rostros fríos. El proyecto sugiere la muerte de la cultura de la transición, mediante la crítica de la construcción del estado corrupto a través de un lavado de cara de la dictadura mediante la figura del rey, que aparece vestido con uniforme militar, a diferencia del resto de representantes, marcando un evidente nexo con el régimen fascista anterior, ya que Juan Carlos fue nombrado por Franco, y de cómo todos los presidentes han perdido toda su dignidad, por eso se encuentran boca abajo, nadie les sigue ni les despide. Permanecemos impasibles al cortejo, pues podemos vivir sin ellos, sin la demostración pomposa de un mensaje vacío.

Uno se plantea ciertos interrogantes. ¿Trata la muestra de hacer una regresión a la idea de “orden” establecida en el régimen anterior dando fin a la democracia? ¿0 simplemente realiza una crítica a la actuación de los representantes del gobierno democrático español, denunciando la política que ha conducido a España a la situación actual? La primera cuestión queda tapiada después de leer la breve nota de prensa, fragmento de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1793, donde se testimonia que “cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es para el pueblo […]”, evidenciando lo planteado en el segundo interrogante. Según palabras del propio Santiago Sierra al diario El País, ellos odian “a la basura que ha llevado a mi país de ser un protectorado a ser una colonia, es un acto claro de desafecto al régimen fascista encabezado por el militar franquista que caza elefantes. Nosotros no somos una organización, sólo somos antifascistas”.

Es un proyecto que evidencia el malestar general: crisis económica, escándalos de corrupción, distanciamiento entre políticos y ciudadanos y cuestionamiento del modelo de estado. Es una especie de 15M artístico; un proyecto ambicioso, atrevido y necesario, donde la perfecta combinación de la pintura, la performance y la crítica política evidencian un sistema democrático en declive, todo sin perder esa sutil esencia artística y calidad estética, que lo hace armonioso, crítico y punzante. Una muestra de que el cambio no sólo se encuentra en la calle, sino en su reflejo, el arte, que tiene el papel de apoyar a la sociedad ante la nefasta situación política y económica que vivimos.


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario